Activistas recuerdan en Malta a los refugiados que murieron intentando llegar a Europa.


Activistas han depositado zapatos en la capital de Malta para recordar a los cientos de migrantes desconocidos que han muerto intentando llegar a Europa.

El acto formaba parte de una protesta en la que 47 organizaciones acusaron al gobierno maltés de abdicar de sus responsabilidades en materia de búsqueda y rescate.

En una declaración conjunta, los grupos manifestaron: "El continuo incumplimiento por parte del gobierno maltés de sus responsabilidades en materia de búsqueda y rescate contribuye a esta cifra de muertos al poner vidas en peligro".

Malta Today informó de que el gobierno ha ignorado las llamadas de más de 20.000 personas en peligro, según los activistas.

A pesar de que el ministro Byron Camilleri afirma "defender nuestro reino", las decisiones del gobierno de retrasar y evitar los rescates conducen directamente a la pérdida de vidas en el mar", afirman las organizaciones.

Loujin, de cuatro años, murió de sed en septiembre de 2022 tras varios días en peligro en la zona SAR de Malta. Su muerte deja claras las consecuencias de las acciones de nuestro gobierno. La política asesina adoptada por las autoridades maltesas debe ser revocada.

En septiembre del año pasado, Loujin, procedente de Siria, murió deshidratada después de que el pesquero de madera en el que viajaba fuera recogido cuatro días después de que enviara señales de socorro. A bordo viajaban refugiados de Siria, Palestina y Líbano. La embarcación había partido de la costa libanesa.

En aquel momento, la ONG Moviment Graffitti, que secundó las protestas del fin de semana, afirmó que la inacción de Malta se había convertido en "un patrón asesino".

Un mes después, cuatro grupos de ayuda acusaron a Malta de incumplir el derecho internacional al ordenar a un barco que llevara a Egipto a los refugiados que había rescatado, a pesar de que Malta estaba mucho más cerca y era más segura.

También en 2022, Malta devolvió a unos 24.600 a Libia, una práctica ampliamente condenada por violar el derecho internacional.

Los refugiados en Libia son torturados, sufren trata de seres humanos y violencia sexual.

"Malta y el Mediterráneo no deberían ser un lugar de muerte, sino de refugio y seguridad. El gobierno debe reevaluar su enfoque hacia la migración y comprometerse con quienes se dedican a apoyar a los migrantes, solicitantes de asilo y refugiados".

"Hasta entonces, Malta seguirá siendo responsable de causar daño a quienes buscan una vida mejor", afirmaron.

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