Arabia Saudí se está preparando para las conversaciones con el objetivo de reintegrar a Siria en el ámbito de Oriente Próximo.


Arabia Saudí se preparaba el jueves para acoger una importante reunión regional árabe sobre el fin del aislamiento de Siria, con el telón de fondo de una serie de cambios diplomáticos, entre ellos su reciente acuerdo para restablecer lazos con su archirrival, Irán.

Las conversaciones del viernes entre nueve países en Jeddah, la puerta del Mar Rojo a La Meca, se celebran después de la llegada del ministro de Asuntos Exteriores de Siria en una visita no anunciada previamente, la primera desde el estallido de la guerra civil en el país en 2011.

Se trata de un acontecimiento casi impensable antes de que Arabia Saudí e Irán anunciaran el 10 de marzo, con la mediación de China, la reanudación de sus relaciones, siete años después de una agria ruptura.

El miércoles, una delegación iraní aterrizó en Arabia Saudí para allanar el camino hacia la reapertura de las misiones diplomáticas, tras el viaje de un equipo saudí en dirección contraria.

El embajador saudí en Yemen ha mantenido esta semana conversaciones con los rebeldes hutíes, apoyados por Irán, con el objetivo de poner fin a la devastadora guerra civil que asola el país desde que comenzó una intervención militar liderada por Arabia Saudí en 2015.

A principios de este mes, los ministros de Exteriores saudí e iraní se comprometieron a trabajar juntos para aportar "seguridad y estabilidad" a la convulsa región durante una reunión en Pekín.

Y a última hora del miércoles, Qatar, rico en gas, y su pequeño vecino del Golfo, Bahréin, acordaron restablecer relaciones, dejando de lado una larga disputa diplomática.

Arabia Saudí, de mayoría suní y mayor exportador de petróleo del mundo, y la teocracia chií Irán llevan mucho tiempo disputándose la influencia en la región, siendo Yemen uno de los principales campos de batalla.

Pero los analistas afirman que Arabia Saudí intenta ahora calmar la región para poder centrarse en proyectos internos destinados a diversificar su economía dependiente de la energía.

Represión sangrienta.

El viernes se reunirán en Jeddah ministros y altos cargos de los seis países del Consejo de Cooperación del Golfo -Arabia Saudí, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Omán y Qatar- junto con Egipto, Irak y Jordania.

Sobre la mesa está la suspensión de Siria de la Liga Árabe, vigente desde que el gobierno de Bashar Assad inició una sangrienta represión de las protestas prodemocráticas en 2011.

Assad cuenta con el apoyo de Irán y Rusia, pero ha sido rechazado por muchos países de Oriente Medio y es considerado un paria en Occidente por la brutal guerra civil.

Sin embargo, el ministro de Asuntos Exteriores sirio, Faisal Mekdad, y su homólogo saudí, el príncipe Faisal bin Farhan bin Abdullah Al-Saud, han discutido "los pasos necesarios" para poner fin al aislamiento de Damasco, según un comunicado saudí del miércoles.

Aunque la Liga Árabe, compuesta por 22 países y que se reúne el mes próximo en Arabia Saudí, toma sus decisiones por consenso, es poco probable que se llegue a un acuerdo unánime, declaró a la AFP un diplomático afincado en Riad.

"La reunión tiene como objetivo superar las diferencias del Golfo sobre Siria tanto como sea posible", dijo el diplomático, señalando a Qatar - un crítico abierto del gobierno de Assad.

"No voy a decir que se adopte una posición unificada porque esto no va a suceder, pero los saudíes están tratando al menos de garantizar que Qatar no se oponga al regreso de Siria a la Liga Árabe si la cuestión se somete a votación", añadió el diplomático.

Es posible que el ministro de Asuntos Exteriores Mekdad asista a la reunión "para presentar el punto de vista sirio", dijo otro diplomático.

Antes de las conversaciones, el presidente de EAU, Sheikh Mohamed bin Zayed Al-Nahyan, voló a El Cairo para entrevistarse con el líder egipcio Abdel-Fattah el-Sissi.

A diferencia de otros gobiernos árabes, El Cairo nunca rompió del todo los lazos con Damasco tras la guerra, pero las relaciones se degradaron.

Los Emiratos Árabes Unidos han liderado la campaña para que Siria vuelva al redil árabe, y el jeque Mohamed declaró el mes pasado que "ha llegado el momento" de que Damasco se reintegre en la región.

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