Al menos 14 personas de países del África subsahariana se han ahogado frente a Túnez cuando intentaban llegar a Europa en barco, en la última tragedia ocurrida en el mar Mediterráneo.
Los guardacostas tunecinos informaron el jueves en un comunicado de que la noche anterior habían interceptado a "un grupo cuya embarcación se había hundido, rescatando a 54 personas de diversas nacionalidades subsaharianas y recuperando 14 cadáveres".
Faouzi Masmoudi, portavoz del tribunal encargado de la investigación, dijo a la agencia de noticias AFP más tarde el jueves que los muertos procedían de dos embarcaciones hundidas.
Masmoudi dijo que tres personas murieron y 34 fueron rescatadas en un hundimiento el martes, seguido el miércoles por 11 muertes en un incidente separado con 20 rescatados.
Cientos de personas se han ahogado frente a las costas tunecinas en los últimos meses, al aumentar los intentos de travesía desde Túnez y Libia hacia Italia.
La costa de Sfax, en el centro-este de Túnez, se ha convertido en un importante punto de partida para las personas que huyen de la pobreza y los conflictos en África y Oriente Próximo en busca de una vida mejor en Europa.
La vida en Túnez ha empeorado progresivamente desde que el 21 de febrero el presidente Kais Saied dijera que la inmigración procedente del África subsahariana pretendía cambiar la identidad nacional de Túnez.
Estas declaraciones, que suscitaron la condena internacional, han provocado lo que los grupos de defensa de los derechos humanos han calificado de reacción racista contra las personas procedentes de países del África subsahariana y contra los tunecinos negros.
El Partido Nacional Tunecino, de extrema derecha, ha liderado una campaña en la que pide la expulsión de los inmigrantes subsaharianos, enmarcando la inmigración a Túnez desde otras partes de África como parte de un esfuerzo por iniciar un cambio demográfico en el país.
Las muertes anunciadas el miércoles se suman al sombrío balance de refugiados que se ahogan al intentar la peligrosa travesía del Mediterráneo, la ruta migratoria más mortífera del mundo.
Más de 25.000 personas han muerto o han desaparecido desde 2014, según datos recogidos por el Proyecto Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones.
Italia declaró en febrero que más de 32.000 personas, entre ellas 18.000 tunecinos, llegaron a sus costas desde Túnez el año pasado, mientras que miles más han partido de la vecina Libia.
Los gobiernos europeos, en especial Italia, han presionado a Túnez para que frene el flujo, y los guardacostas tunecinos interceptan regularmente embarcaciones con refugiados en sus aguas territoriales.