Cultura de la escritura periodística palestina

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Nos encantaría que viniera a PalFest 2014 ¿Qué opina?” Ése fue el e-mail que recibí de Ahdaf Soueif, escritor y Presidente Fundador del Festival Palestino de Literatura. En otro e-mail, Omar Robert Hamilton, productor del PalFest, me sugirió quedarme después del festival para impartir un taller de cuatro días sobre periodismo cultural, organizada por el British Council para los escritores jóvenes de Ramallah.

Estuve de acuerdo de inmediato por dos razones: en primer lugar, para mí, una iraquí, una visita a Palestina es el cumplimiento de un sueño más allá de la fealdad de la ocupación. En segundo lugar, es un privilegio unirme a un grupo de distinguidos escritores, artistas y poetas que han sido testigos del asedio diario impuesto a los palestinos por la ocupación militar israelí. Pasando de Ramallah a Jerusalén, Hebrón, Belén y Nablus, nosotros, los afortunados extranjeros que tenemos pasaportes británicos, canadienses y estadounidenses, podemos hacerlo, y soportamos, aunque solo por unos días, la banalidad del mal que se manifiesta por la presencia de un muro en constante expansión, con puestos de control y torres de vigilancia habitados por soldados israelíes peligrosamente aburridos y armados. Los palestinos con sus limitados documentos de identidad tienen que soportar la humillación cada día.

En el primer día del taller en el Centro Cultural Sakakini en Ramallah, un sábado 7 de junio, la mitad de los estudiantes llegaron tarde. Dirigí a Suha Khuffash, el director del programa de artes en el British Council, una mirada inquisitiva. “Van a venir” me aseguró con tono suave, y así lo hicieron. ¿La razón de su retraso? El asesinato de un hombre palestino de 31 años por las fuerzas israelíes. Le dispararon en un retén en el centro de Cisjordania, el 2 de junio. El ejército israelí afirmó que el hombre recibió un disparo después de haber abierto fuego contra los soldados, pero testigos presenciales palestinos dicen que el joven, un comerciante, estaba esperando para recibir mercancías y no disparando contra los soldados.

Las protestas contra el asesinato fueron la causa de la demora, en un país mutilado por los puestos de control, que suponen una forma de castigo colectivo. El puesto de control de Qalandiya, en la entrada a Ramallah, es la última de las muchas barreras que tiene la gente para cruzar a la ciudad de Jerusalén y de allí al resto del mundo. Qalandiya “fue el punto de conexión con el resto del mundo hasta 1967, y se convirtió en el símbolo de la desconexión, el aislamiento, la segregación y la fragmentación en el 2000”. Los estudiantes que viajan desde otras ciudades prefirieron quedarse con amigos en Ramallah, en lugar de arriesgarse a retrasarse o dejar de asistir al taller.

Una vez en el taller, había 20 alumnos de niveles variados; un actor y un director de teatro, un columnista, un jefe de prensa, un poeta, dos bailarines y un traductor. Eran de Jerusalén, Nablus, Haifa, Hebrón y Ramallah. Ninguno de Gaza.

Los habitantes de Gaza, bajo asedio integral israelí por séptimo año consecutivo, se han ido separando del resto de Palestina en todos los niveles, incluyendo el cultural.

El primer ejercicio de grupo era escribir 300 palabras en media hora sobre la manera de presentarse a sí mismos a una nueva audiencia. Después les pedí que cada uno leyera su texto en voz alta en intervalos de 3 minutos. Resultó ser una forma eficaz de romper el hielo. Discutimos sobre las razones que se escondían detrás de sus opiniones sobre la definición de periodismo cultural, el papel de la literatura, la tradición de escribir en las páginas literarias, qué se considera que es ser buen escritor y si poseíamos este género en el mundo árabe o no. Tuvimos un animado debate, que fue esencial en la evaluación de las capacidades de los estudiantes. Después les solicité artículos cortos (alrededor de 600 palabras), con los que se estableció el marco de trabajo para las próximas sesiones.

La disciplina para los escritores en árabe es importante, debido al carácter poético característico del árabe clásico, que sienta las bases para el sonido, el ritmo y la estructura de la prosa árabe. Sin embargo, este carácter poético dominante puede obstaculizar la escritura eficaz e informativa, lo que lleva a menudo a la producción de largos, complicados y opacos artículos culturales.

Trabajando de forma individual o en grupos de tres, completamos cuatro ejercicios. El primero fue escribir 500 palabras sobre una cita de cinco palabras de la poetisa árabe Al-Jansa, (que murió alrededor del 630 dc.), conocida por sus elegías sobre sus dos hermanos. A través de los escritos de los estudiantes, una simple cita se convirtió en lección de historia y de imaginario moderno, interpretando el dolor de al-Jansa como un símbolo de sufrimiento y resistencia de las mujeres palestinas al mismo tiempo. Su vida y su tragedia personal por perder a sus hermanos y su padre fueron intensamente investigados, pero, “¿qué sabemos acerca de su madre?”, les pregunté. “Sólo su nombre” fue la respuesta. “¿Por qué ?” La discusión que siguió fue sobre el género, la investigación y la verificación de la información, la planificación, la claridad de ideas, el enfoque, la imparcialidad y el estilo emocional.

El segundo ejercicio consistió en analizar dos ensayos escritos por dos autores diferentes. Este ejercicio ayudó a aclarar los errores y los aciertos de escribir un ensayo adoptando el punto de vista de un posible lector y también para discutir los temas abordados en los textos mismos. El tercer ejercicio consistía en escribir una opinión acerca de un vídeo de dos minutos sobre la resistencia cultural. Las imágenes y las canciones de la película les tocaron profundamente, y sus textos transmitieron los fuertes sentimientos que les provocaron. En este punto surgieron preguntas; cómo abordar la ocupación, el racismo, el sexismo y la desigualdad de clase en un ensayo cultural, evitando al mismo tiempo caer en la retórica y la propaganda? ¿Qué pasa con la imparcialidad? ¿No es el lector quien tiene derecho a formar su propia opinión sobre la base de los hechos presentados? Las preguntas más interesantes eran: ¿Para quién escribimos? En ausencia de estadísticas sobre número de lectores, la circulación de periódicos, y el alto nivel de analfabetismo, ¿para quién escribimos? Cuando estamos en una situación en que los derechos humanos y políticos son violados bajo una ocupación y esto tiene un gran peso en nuestra vida cotidiana, ¿qué es la imparcialidad?

 

El ejercicio final fue escribir un artículo sobre temas de elección individual que incluyesen nuestras discusiones sobre la claridad, el distanciarse uno mismo de un tema pero seguir siendo apasionado, respetar a los lectores mediante la presentación de hechos y análisis y la forma de clarificar a la vez que se desafían las normas establecidas, incluyendo la religión y las tradiciones.

Los ensayos finales de los estudiantes abarcaban una amplia gama de temas, tales como aspectos culturales de la identidad, la evaluación de los medios de comunicación palestinos, la negativa de los jóvenes drusos a unirse al ejército israelí, y la lucha de Al-Kaak Al-Maqdisi, para mantener las tradiciones de la herencia de Jerusalén vivas.

Además de las habilidades que se desarrollaron en el taller, el resultado, para mi deleite, ha reflejado la reflexión y el desafío que caracterizan a los propios estudiantes en su lucha diaria para impugnar y oponerse a la política de sometimiento y dominación de un poder brutal.

Por encima de todo, se trataba de una forma de afirmar su humanidad bajo una ocupación inhumana.

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