El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha reiterado su promesa de que un millón de refugiados sirios regresarán pronto a su país de forma voluntaria, mientras su permanencia en Turkiye sigue siendo objeto de un polémico debate social y político.
En un discurso ante el Parlamento turco el sábado, Erdogan declaró que "Desde el inicio de nuestras operaciones transfronterizas en Siria en 2016, alrededor de 526.000 voluntarios han regresado a las zonas seguras que establecimos".
Las "zonas seguras" a las que se refería son las áreas capturadas por el ejército turco y sus grupos opositores aliados en el norte de Siria durante los últimos seis años, en las que Ankara ha construido viviendas, infraestructuras locales e instalaciones médicas y educativas.


En los últimos años ha crecido el descontento en gran parte de la sociedad turca en torno a la cuestión de los refugiados, especialmente los procedentes de Siria, que suman unos 3,7 millones en el país.
Después de que este año se produjeran tensiones y enfrentamientos intercomunitarios entre los turcos y algunos refugiados sirios, ese descontento no ha hecho más que aumentar, por lo que la presencia de los refugiados es un factor clave que debe abordar cualquier partido o candidato que se presente a las elecciones generales turcas de 2023.
En un intento de frenar los avances de los partidos de la oposición, que han garantizado que deportarán indefinidamente a todos los refugiados si son elegidos para el poder, Erdogan ha prometido zanjar el asunto e impulsar el retorno voluntario de al menos un millón de refugiados sirios a su país, especialmente a las zonas seguras del norte.
Sin embargo, la preocupación entre los refugiados y los activistas de derechos humanos ha aumentado recientemente, después de que a principios de este año aparecieran informes que afirmaban que las autoridades turcas habían deportado por la fuerza a más de cientos de miles de refugiados sirios a Siria a lo largo de los años.