El jefe de la Guardia Revolucionaria iraní advirtió a los manifestantes que el sábado sería el último día en que saldrían a la calle, en una señal de que las fuerzas de seguridad podrían intensificar la represión de los disturbios que recorren el país.
Irán se ha visto envuelto en protestas desde la muerte de la joven kurda de 22 años Mahsa Amini bajo la custodia de la policía de la moralidad el mes pasado, lo que ha supuesto uno de los desafíos más audaces para el liderazgo clerical desde la revolución de 1979.
"¡No salgan a la calle! Hoy es el último día de los disturbios", dijo el comandante de la Guardia, Hossein Salami, en uno de los términos más duros utilizados en la crisis, que la dirección clerical de Irán achaca a sus enemigos extranjeros, entre ellos Israel y Estados Unidos.
"Este siniestro plan, es un plan urdido en la Casa Blanca y el régimen sionista", dijo Salami.
Los ampliamente temidos Guardias Revolucionarios, que dependen directamente del líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, no han sido desplegados desde que comenzaron las manifestaciones el 16 de septiembre. Son una fuerza de élite con un historial de aplastamiento de la disidencia.
Los grupos de derechos han dicho que al menos 250 manifestantes han muerto y miles han sido detenidos en todo Irán en las protestas, que se han convertido en una revuelta popular de iraníes furiosos de todas las capas de la sociedad.
El viernes, los vídeos difundidos en las redes sociales mostraban a los manifestantes pidiendo la muerte de Jamenei y de la milicia Basij, que ha desempeñado un papel importante en los esfuerzos por desactivar las manifestaciones.
El Ministerio de Inteligencia y el brazo de inteligencia de la Guardia Revolucionaria han acusado a las agencias de espionaje de Estados Unidos, Gran Bretaña, Israel y Arabia Saudí de haber orquestado los disturbios para desestabilizar la República Islámica.
Salami, que hablaba en un funeral por las víctimas que murieron esta semana en un atentado reivindicado por el Estado Islámico, reiteró ese mensaje en un discurso directo a los manifestantes.
"No vendáis vuestro honor a Estados Unidos y no abofeteéis a las fuerzas de seguridad que os defienden", dijo.