Delegaciones palestinas e israelíes de alto nivel se reunieron el domingo en Jordania para celebrar un encuentro "político y de seguridad" destinado a restablecer la calma tras el reciente aumento de la violencia mortífera.
Las delegaciones se reunieron en un intento de reducir las crecientes tensiones antes del mes sagrado musulmán del Ramadán.
Israel informó de que asistirían el asesor de seguridad nacional del Primer Ministro y el jefe de la agencia de seguridad nacional Shin Bet. Se esperaba la asistencia del jefe de los servicios de inteligencia palestinos y de asesores del presidente Mahmoud Abbas.
La presencia de altos funcionarios en la reunión, así como de delegaciones de Egipto, Jordania y Estados Unidos, puso de relieve la gravedad de la crisis. También fue una reunión de alto nivel poco frecuente entre las partes, que se produjo en un momento de crecientes tensiones y después de que los palestinos cortaran la coordinación de seguridad con Israel a causa de la violencia.
La oficina de Abbas dijo que los palestinos "insistirían en la necesidad de poner fin a todas las acciones unilaterales israelíes". Un funcionario israelí dijo que la reunión tenía por objeto aliviar las tensiones antes del Ramadán y se produjo tras una petición estadounidense.
Los asistentes palestinos a la reunión fueron confirmados por un funcionario palestino. Un funcionario jordano declaró también que la reunión tenía por objeto poner fin a las "acciones unilaterales israelíes", fomentar la confianza y propiciar contactos más amplios entre ambas partes. Indicó que la reunión tendrá lugar en la ciudad turística de Aqaba (Jordania), en el Mar Rojo.
Los tres funcionarios hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a hablar de la reunión con los medios de comunicación.
Los palestinos que se oponen a cualquier compromiso oficial con Israel dijeron que protestarían contra la reunión, mientras que el grupo militante islámico Hamás, que gobierna la Franja de Gaza, criticó la reunión.
No está claro qué podrían conseguir las conversaciones. Israel se ha comprometido a seguir luchando contra los militantes en Cisjordania, donde la Autoridad Palestina suele tener poco control.
Israel también está dirigido por un gobierno de extrema derecha con miembros que se oponen a las concesiones a los palestinos y favorecen la construcción de asentamientos en las tierras ocupadas que los palestinos buscan para un futuro Estado.
La semana pasada, funcionarios israelíes avanzaron más de 7.000 nuevas viviendas de asentamiento en Cisjordania ocupada, según grupos de activistas que asistieron a la reunión de planificación.
La violencia entre israelíes y palestinos ha aumentado desde que Israel intensificó las redadas en ciudades, pueblos y aldeas de Cisjordania tras una oleada de ataques palestinos la primavera pasada.
El derramamiento de sangre ha aumentado este año, con más de 60 palestinos muertos en Cisjordania y Jerusalén Este, según un recuento de The Associated Press. En los ataques palestinos contra israelíes han muerto 11 personas.
Israel afirma que las redadas pretenden desmantelar las redes de militantes y frustrar futuros ataques. Los palestinos afirman que afianzan aún más la ocupación indefinida de 55 años por parte de Israel de tierras que quieren para un futuro Estado, además de socavar sus propias fuerzas de seguridad.
Este año, el Ramadán coincide con la Pascua judía, que dura una semana, y se espera que fieles de ambas religiones acudan en masa a los lugares sagrados de la Ciudad Vieja de Jerusalén, que suelen ser un foco de violencia entre ambas partes.
El año pasado se produjeron enfrentamientos en un importante lugar sagrado de Jerusalén, y las tensiones en el lugar contribuyeron a desencadenar una guerra de 11 días con militantes de Hamás en la Franja de Gaza en 2021.