Hamás condenó ayer enérgicamente el asalto a la capilla de la Prisión de Cristo y los actos de vandalismo perpetrados por un grupo de colonos sionistas en la Ciudad Vieja de Jerusalén ocupada.
En un comunicado de prensa, Hamás calificó el ataque de los colonos a la iglesia de "actitud fascista y racista que contradice el derecho internacional y los valores religiosos".
El movimiento palestino subrayó que el ataque forma parte de "los crímenes israelíes contra lugares santos, iglesias históricas y cementerios palestinos", y añadió que tales crímenes "pretenden judaizar la ciudad y cambiar sus características árabes y palestinas".
El movimiento renovó su llamamiento a la comunidad internacional y a los organismos e instituciones de derechos humanos para que "trabajen para que los colonos israelíes rindan cuentas de sus crímenes y violaciones ante los tribunales internacionales".