Israel promete medidas contra las “familias de los terroristas” tras el atentado.


La policía israelí precintó el domingo la casa de Jerusalén Este de un palestino que mató a siete personas e hirió a tres frente a una sinagoga.

La medida forma parte de una serie de medidas punitivas para revocar ciertos derechos de los familiares de los atacantes, aprobadas por el Gabinete de Benjamín Netanyahu durante la noche.

El gabinete de seguridad anunció una serie de medidas a última hora del sábado, entre ellas la revocación de los derechos a la seguridad social de "las familias de terroristas que apoyan el terrorismo".

También anunció que la casa de Khayri Alqam, de 21 años, muerto a tiros por la policía tras el atentado del viernes, "será sellada inmediatamente antes de su demolición".

Un corresponsal de la AFP vio el domingo a las fuerzas israelíes en la terraza del edificio después de que sellaran sus entradas, mientras los palestinos desalojaban sus pertenencias.

Israel ya derriba las casas de los palestinos que matan a israelíes, aunque el proceso exige que se avise previamente a las familias y se les dé la oportunidad de apelar la decisión.

Dani Shenhar, jefe del departamento jurídico del grupo de derechos israelí HaMoked, dijo que sellar la casa durante la noche demostraba la "voluntad de venganza del gobierno contra las familias".

La medida "se tomó con total desprecio del Estado de Derecho", afirmó, y HaMoked tiene intención de protestar ante el fiscal general.

Más armas para los civiles.

El gabinete de seguridad israelí informó de que también se debatirá el domingo un proyecto de ley para revocar los documentos de identidad israelíes a los familiares de los atacantes.

Las medidas anunciadas están en línea con las propuestas de los socios políticos de extrema derecha de Netanyahu que le permitieron volver al poder a finales de diciembre.

Es probable que se apliquen principalmente a los palestinos con nacionalidad israelí, conocidos como árabes-israelíes, y a los palestinos con permiso de residencia en Jerusalén Este.

Horas después del tiroteo mortal frente a la sinagoga del asentamiento de Neve Yaacov, un niño palestino de 13 años disparó e hirió a dos israelíes a las afueras de la Ciudad Vieja amurallada del este de Jerusalén.

El niño al que se atribuyó el ataque en el barrio de Silwan resultó herido de bala en el lugar de los hechos.

Ningún grupo ha reivindicado la autoría de ninguno de los dos tiroteos.

El gabinete de seguridad también decidió facilitar la obtención de permisos para portar armas de fuego.

"Cuando los civiles tienen armas, pueden defenderse", dijo el sábado a los periodistas el ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben-Gvir, a la salida de un hospital de Jerusalén.

Las fuerzas israelíes han sido puestas en alerta máxima y el ejército ha anunciado que reforzará el número de efectivos en Cisjordania, mientras se multiplican los llamamientos a la moderación desde el extranjero.

Los ataques de Jerusalén se produjeron después de que nueve palestinos murieran en la incursión más mortífera de las fuerzas israelíes en Cisjordania en casi dos décadas.

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