Al menos 73 inmigrantes y refugiados que se dirigían a Europa están desaparecidos y se presume que han muerto tras el naufragio de un barco frente a las costas de Libia, según ha informado la agencia de la ONU para las migraciones.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) dijo en Twitter que las autoridades libias recuperaron al menos 11 cadáveres del naufragio, ocurrido el martes.
Siete personas sobrevivieron y llegaron a las costas libias en "condiciones extremadamente terribles", dijo la ONU, añadiendo que fueron trasladadas a un hospital.
El naufragio del martes fue la última tragedia marítima en el Mediterráneo central, una ruta clave para los migrantes.
Según el proyecto Migrantes Desaparecidos de la OIM, 25.821 migrantes y refugiados han desaparecido en el Mediterráneo desde 2014.
En los últimos años, Libia se ha convertido en el principal punto de tránsito para los refugiados y solicitantes de asilo procedentes de África y Oriente Medio que intentan llegar a Europa.
Un controvertido acuerdo migratorio entre Italia y Libia se renovó automáticamente a principios de este mes por un periodo de tres años, entre advertencias de organizaciones humanitarias de que esto podría convertir a Roma y a la Unión Europea en cómplices de crímenes contra la humanidad.
Human Rights Watch (HRW) advirtió de que "ayudar a la guardia costera libia, a sabiendas de que facilitará el retorno de miles de personas a graves violaciones de los derechos humanos, convierte a Italia y a la Unión Europea en cómplices de tales crímenes".
Desde el 29 de enero, al menos 531 migrantes y refugiados han sido interceptados por la llamada guardia costera libia y devueltos al país norteafricano, devastado por la guerra, según la OIM .
Libia, rica en petróleo, se sumió en el caos tras un levantamiento respaldado por la OTAN que derrocó y mató al líder Muamar Gadafi en 2011.
Un informe de junio de 2022 de la Misión de Investigación Independiente de las Naciones Unidas sobre Libia concluyó que los migrantes y refugiados se enfrentaban a "asesinatos, desapariciones forzadas, torturas, esclavitud, violencia sexual, violaciones y otros actos inhumanos en relación con su detención arbitraria".
En septiembre de 2022, el fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI) concluyó que los crímenes contra migrantes y refugiados en Libia "pueden constituir crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra".