Una alianza de partidos de la oposición en Turkiye ha prometido reducir los poderes de la presidencia si arrebata el control al presidente Recep Tayyip Erdogan y a su partido AK en las elecciones presidenciales y parlamentarias de mayo, consideradas las más importantes del país en décadas.
En una ceremonia celebrada el lunes en Ankara, los seis partidos presentaron su programa conjunto de 240 páginas y 2.300 puntos para el futuro de Turkiye tras las elecciones, al tiempo que prometieron nombrar a un candidato conjunto para enfrentarse a Erdogan antes del 13 de febrero.
La Alianza Nacional, también conocida como la Mesa de los Seis, se comprometió a hacer retroceder las medidas aplicadas por Erdogan y sus aliados que, en su opinión, han llevado al país hacia un "gobierno unipersonal". Entre ellas figuran la introducción de un sistema presidencialista en un referéndum celebrado en 2017 que abolió el cargo de primer ministro, la concentración de más poderes en manos del presidente y la represión de la disidencia tras el fallido golpe de Estado de 2016.
Las reformas prometidas incluyen limitar el mandato del presidente a siete años y hacer que el nuevo primer ministro sea responsable ante los legisladores.
Los cambios constitucionales deben ser ratificados por 400 votos en el Parlamento de 600 escaños o sometidos a votación nacional si la oposición puede superar un umbral de 360 votos.
"Pasaremos a un sistema parlamentario reforzado", decía el programa. "Pondremos fin al poder del presidente para dictar decretos".
El programa se anunció tras meses de reuniones de los grupos de la oposición, integrados por el Partido Republicano del Pueblo (CHP), el Partido del Bien, el Partido de la Felicidad, el Partido Demócrata, el Partido de la Democracia y el Progreso y el Partido del Futuro.
Queda excluido de la alianza el Partido Democrático de los Pueblos, prokurdo y segundo partido de la oposición tras el CHP. Este partido se ha enfrentado a su cierre tras la represión del gobierno por sus presuntos vínculos con grupos armados kurdos ilegalizados.
Los primeros sondeos de opinión apuntan a unas elecciones muy reñidas el 14 de mayo, aunque algunos partidarios de la oposición se han sentido frustrados por la reticencia de la alianza a nombrar un contrincante para enfrentarse a Erdogan, que ha gobernado durante 20 años, primero como primer ministro y luego como presidente, a partir de 2014.
Los opositores han tratado de abrirse camino entre los votantes mientras Turquía atraviesa una situación de inestabilidad económica y una inflación galopante. El presidente, por su parte, ha tratado de apuntalar los votos mediante un aumento del gasto, incluidos incrementos del salario mínimo y de las prestaciones de jubilación.
Las promesas de la oposición de acabar con la corrupción y restaurar la fortaleza de las instituciones tradicionales de Turkiye, incluidos sus medios de comunicación estatales, cosecharon algunos de los vítores más sonoros de la multitud reunida para la ceremonia del lunes.
Los seis partidos se comprometieron a hacer que la radiotelevisión nacional turca TRT y la agencia estatal de noticias Anadolu respeten "los principios de independencia e imparcialidad". Ninguno de los dos partidos dio una respuesta inmediata.
En política exterior, la oposición subrayó la importancia de restablecer la "confianza mutua" con Estados Unidos y lograr el objetivo estancado de Turkiye de conseguir "la plena adhesión a la Unión Europea". También dijo que se esforzaría por volver al programa de aviones de combate F-35 liderado por Estados Unidos, del que Turkiye fue retirada en 2019 tras la compra por parte del gobierno de sistemas de defensa antimisiles de fabricación rusa.
La administración del presidente estadounidense Joe Biden ha intentado más recientemente vender a Ankara aviones F-16.
Washington y otros aliados occidentales han evitado en gran medida comentar las elecciones, pero seguirán de cerca los resultados debido al papel de Turkiye como miembro estratégico de la OTAN y actor clave en guerras que van desde Siria hasta Ucrania.
Los partidos de la oposición no hicieron referencia a la invasión rusa de Ucrania en su programa, pero dijeron que planean "mantener relaciones con la Federación Rusa en el entendimiento de que ambas partes son iguales y se fortalecen mediante un diálogo equilibrado y constructivo a nivel institucional".