Los Estados árabes dictaminan que la solución política es la única vía para poner fin a la crisis siria y se oponen al acercamiento a Assad.

El Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) y los ministros de Asuntos Exteriores de los Estados árabes han llegado a la conclusión de que una solución política es la única forma de poner fin al conflicto y la crisis en Siria, absteniéndose de permitir que el régimen sirio de Bashar al Assad vuelva al redil de la Liga Árabe.

Arabia Saudí acogió esta semana una reunión entre los ministros de Asuntos Exteriores del CCG y sus homólogos de otros Estados árabes como Irak, Jordania y Egipto en la ciudad costera de Jeddah, durante la cual "debatieron los esfuerzos encaminados a alcanzar una solución política que preserve la unidad, la seguridad, la estabilidad y la identidad árabe de Siria y que devuelva a Siria al redil árabe", según un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores saudí.

Los ministros coincidieron en la importancia de aplicar "condiciones que allanen el camino hacia el regreso de los ciudadanos desplazados y los refugiados a sus zonas y pongan fin a su sufrimiento". La declaración y la reunión concluyeron que una "solución política es la única solución a la crisis siria", además de destacar que es "importante que haya un papel árabe de liderazgo en estos esfuerzos encaminados a poner fin a la crisis".

A pesar de no haber acordado aún la readmisión de Damasco en la Liga Árabe, los ministros de Asuntos Exteriores y la conclusión de la reunión parecieron ser ampliamente positivos hacia el régimen de Assad. No sólo reafirmaron la necesidad de combatir el terrorismo y el narcotráfico en la región, sino que también acordaron que las instituciones estatales sirias tienen la responsabilidad de mantener la soberanía del régimen poniendo fin a la presencia de milicias armadas y a las injerencias extranjeras en los asuntos internos del país.

La reunión se produjo en medio de la creciente normalización de los lazos de los Estados árabes con el régimen de Assad, cortados en su mayoría desde su brutal represión de los manifestantes sirios en 2011 y el posterior estallido de la actual guerra civil.

A medida que la guerra se ha desplazado en gran medida al noroeste del país y el régimen ha recuperado la mayor parte de su territorio, países como Emiratos Árabes Unidos (EAU), Bahréin, Sudán y Mauritania han restablecido sus lazos con Siria en los últimos años, siendo el último Túnez este mes.

También ha habido indicios de que otros Estados están considerando restablecer lazos plenos con Damasco, y el ministro sirio de Asuntos Exteriores, Faisal Mekdad, visitó Arabia Saudí esta semana en la primera visita de este tipo desde 2011, tras las conversaciones entre ambos países sobre la reanudación de sus servicios consulares el mes pasado.

Sin embargo, a pesar del deshielo del aislamiento de Siria y de la mejora de las relaciones, al menos cinco Estados miembros de la Liga Árabe se han opuesto a la vuelta de Assad. Según el Wall Street Journal, Marruecos, Kuwait, Qatar y Yemen fueron algunos de los que se opusieron.

El Financial Times cita a funcionarios árabes anónimos que afirman que países como Qatar, Kuwait y Jordania "preguntaron... ¿qué obtienen ustedes [Arabia Saudí] de ellos [el régimen sirio]?".

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