Las Naciones Unidas, el gobierno sirio y otros actores son responsables de los retrasos en la entrega de ayuda de emergencia a los sirios tras los devastadores terremotos del mes pasado, según una comisión de investigación nombrada por la ONU.
Las acusaciones, difundidas el lunes, se suman al creciente coro de críticas al organismo mundial por su papel en el periodo inmediatamente posterior a los terremotos del mes pasado, que causaron la muerte de unas 6.000 personas en Siria, la mayoría en el noroeste controlado por los rebeldes, cerca de la frontera con Turquía.
El panel independiente de tres miembros creado para investigar y registrar todas las violaciones del derecho internacional desde marzo de 2011 en el país afirmó que los actores no consiguieron garantizar una pausa inmediata de las hostilidades ni facilitar ayuda vital por ninguna de las vías disponibles, ni siquiera para los equipos de rescate en la crucial primera semana.
"Aunque hubo muchos actos de heroísmo en medio del sufrimiento, también fuimos testigos de un fracaso generalizado por parte del Gobierno y la comunidad internacional, incluidas las Naciones Unidas, a la hora de dirigir rápidamente la ayuda vital a los sirios más necesitados", dijo Paulo Pinheiro, presidente de la comisión, en un comunicado.
El comunicado añade que los actores identificados no han logrado acordar una pausa en las hostilidades ni permitir que la ayuda vital pase por ninguna de las vías disponibles, lo que ha hecho que los sirios se sientan "abandonados y desatendidos por quienes se supone que deben protegerlos, en los momentos más desesperados".
"Muchas voces piden, con razón, una investigación y la rendición de cuentas".
El gobierno del presidente Bashar al Assad tardó una semana en consentir el acceso transfronterizo de la ayuda, según la comisión.
La ONU calcula que cinco millones de personas necesitan refugio básico y ayuda no alimentaria en la parte de Siria afectada por el terremoto.
"Los sirios necesitan ahora un alto el fuego general que se respete plenamente, para que los civiles -incluidos los trabajadores humanitarios- estén a salvo. Incomprensiblemente, debido a la crueldad y el cinismo de las partes en conflicto, ahora estamos investigando nuevos ataques incluso en las mismas zonas devastadas por los terremotos", añadió.
El conflicto sirio comenzó en 2011. Desde entonces, casi medio millón de personas han muerto y cerca de la mitad de la población siria de antes de la guerra se ha visto obligada a abandonar sus hogares.
El informe se presentará al Consejo de Derechos Humanos de la ONU el 21 de marzo.