Los palestinos condenaron enérgicamente un ataque de colonos israelíes que destrozaron un cementerio cristiano en la Jerusalén Oriental ocupada.
Destruyeron tumbas de piedra y derribaron cruces en el cementerio protestante del Monte Sión, donde los cristianos creen que tuvo lugar la Última Cena de Jesús.
"Esto no es sólo un acto cobarde, sino también repugnante, y es rechazado por cualquier ser humano", declaró en rueda de prensa Hosam Naoum, arzobispo anglicano de Jerusalén.
"Este ataque muestra un claro discurso de odio contra los cristianos de la ciudad de Jerusalén, que rechazamos completamente", añadió.
Según la Iglesia Evangélica Episcopal de Jerusalén Este, el ataque fue perpetrado por dos jóvenes el 1 de enero.
Naoum pidió a las autoridades israelíes que lleven ante la justicia a los autores del ataque al cementerio.
"Esperamos que este asunto no se repita, porque Jerusalén es una ciudad de lugares santos", añadió.
La policía israelí informó de que se ha abierto una investigación sobre el ataque.
El presidente del Tribunal Supremo de Palestina, Mahmoud al-Habash, dijo que el ataque refleja la "mentalidad racista" de Israel.
"Este ataque representa la mentalidad racista y bárbara del Estado israelí, que no distingue entre vivos y muertos", añadió en un comunicado.
El grupo palestino Hamás, que gobierna la Franja de Gaza, responsabilizó al gobierno israelí "de las repercusiones del ataque de los extremistas israelíes contra el cementerio cristiano".
"Este asalto y la profanación de tumbas islámicas y cristianas en Jerusalén revelan la verdadera identidad de los agresivos colonos sionistas contra el pueblo [palestino] y sus tierras y lugares sagrados", dijo en un comunicado.
Las autoridades eclesiásticas indicaron que los daños se descubrieron el martes, mientras que las imágenes de las cámaras de seguridad del 1 de enero mostraban a dos hombres o niños vandalizando el lugar mientras vestían atuendos judíos.
"Estos actos criminales fueron motivados por el fanatismo religioso y el odio contra los cristianos", dijo la Diócesis Episcopal de Jerusalén en un comunicado.
La policía israelí informó el martes de que había abierto una investigación sobre "la desfiguración de un gran número de lápidas en el cementerio protestante".
De pie ante una de las tumbas dañadas, Naoum dijo: "No sólo estamos consternados, sino también muy entristecido".
El obispo explicó que el cementerio se fundó a mediados del siglo XIX y es el lugar de descanso final de personalidades como clérigos, científicos y políticos.