El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prometió el viernes no abandonar los esfuerzos para poner fin al conflicto palestino-israelí, que dura ya décadas, aunque no ofreció nuevas propuestas para reanudar el estancado diálogo político entre ambas partes, informa Reuters.

Al concluir la primera etapa de un viaje por Oriente Medio antes de partir hacia Arabia Saudí, Biden visitó un hospital en Jerusalén Este y prometió un paquete de ayuda financiera y técnica de 100 millones de dólares para varios años.

Sin embargo, tras una reunión con el presidente palestino, Mahmud Abbas, en la ciudad cisjordana de Belén, reconoció que la creación de un Estado palestino independiente sigue siendo una perspectiva lejana, sin perspectivas inmediatas de nuevas conversaciones con Israel.

“Aunque el terreno no esté maduro en este momento para reanudar las negociaciones, Estados Unidos y mi administración no renunciarán a tratar de acercar a ambas partes”, dijo.

Abbas dijo que las perspectivas de una solución de dos estados al conflicto, el modelo favorecido por Estados Unidos y los organismos mundiales, incluyendo las Naciones Unidas, estaban retrocediendo y la oportunidad “puede no permanecer por mucho tiempo”.

¿No es hora de que esta ocupación termine? – dijo Abbas.

Reiteró sus exigencias de que Estados Unidos abra un consulado en Jerusalén Este, que los palestinos quieren como capital de un futuro Estado independiente, retire a la Organización para la Liberación de Palestina de la lista de grupos terroristas y le permita reabrir una oficina en Washington.

También pidió el apoyo de Estados Unidos para llevar ante la justicia a los asesinos de la periodista de Al Jazeera, Shireen Abu Akleh, ciudadana palestina-estadounidense que fue asesinada durante una incursión israelí en la ciudad cisjordana de Yenín.

Antes de su visita, los líderes palestinos habían acusado a Biden de dar prioridad a la integración de Israel en un acuerdo de seguridad regional con los países árabes por encima de sus preocupaciones, incluida la autodeterminación y la continuación de la construcción de asentamientos israelíes en Cisjordania, ocupada tras una guerra en 1967.

Los palestinos están sufriendo”.
Biden reconoció que, tras años de intentos fallidos de resolver el conflicto, los palestinos que viven bajo onerosas restricciones en Cisjordania y Gaza ocupadas están sufriendo. “Se puede sentir el dolor y la frustración”, dijo.

Además del dinero para los hospitales de Jerusalén Este, anunciará medidas para mejorar las redes de telecomunicaciones en Cisjordania y Gaza hasta alcanzar el estándar 4G para finales de 2023, y otras medidas para facilitar los viajes entre Cisjordania y la vecina Jordania.

Habrá un paquete de financiación separado de 201 millones de dólares proporcionado a través de la agencia de ayuda de la ONU, UNRWA, para ayudar a los refugiados palestinos.

Pero el ambiente que recibió Biden en la Cisjordania ocupada fue muy diferente de la cálida recepción que tuvo en Israel, donde fue recibido como un viejo amigo y se le concedió la Medalla de Honor Presidencial.

Mientras era conducido al Palacio Presidencial de Belén, se podían ver en el camino carteles que decían “Señor Presidente, esto es apartheid”, una referencia a la acusación de grupos de derechos locales e internacionales de que la ocupación de Cisjordania por parte de Israel ha creado un sistema de apartheid.

En Belén, se desplegó una gran pancarta en la que se leía “Justicia para Shireen”, y se dejó simbólicamente un asiento vacío para la periodista de Al Jazaeera por parte de antiguos colegas que cubrían la reunión con Abbas.

Biden dijo que Estados Unidos seguiría buscando responsabilidades por su muerte. Las autoridades estadounidenses han llegado a la conclusión de que probablemente fue asesinada por un soldado israelí, aunque dicen que no tienen motivos para creer que el asesinato fue intencionado.

Muchos palestinos acusan a Israel de asesinar a Abu Akleh, acusación que Israel rechaza. Israel dice que sigue investigando su asesinato.