El Papa Francisco dijo que esperaba que el pueblo del Líbano pudiera ser reconfortado por la justicia en referencia a la explosión del puerto de Beirut que mató al menos a 215 personas hace dos años, diciendo que "la verdad nunca puede ser ocultada" el miércoles.
En su audiencia general semanal, Francisco recordó que el jueves se cumplía el segundo aniversario de la explosión, que también hirió a miles de personas y dañó amplias zonas de la capital.
"Mi pensamiento está con las familias de las víctimas de ese desastroso acontecimiento y con el querido pueblo libanés. Rezo para que cada uno pueda ser consolado por la fe y reconfortado por la justicia y por la verdad, que nunca puede ser ocultada", dijo.
A pesar de la devastación causada por la explosión, una de las mayores explosiones no nucleares jamás registradas, la investigación judicial no ha llevado a ningún alto funcionario a rendir cuentas.
Con la investigación congelada desde hace meses, muchos libaneses ven esto como un ejemplo de la impunidad de la que goza una élite gobernante que ha evitado durante mucho tiempo la rendición de cuentas por la corrupción y el mal gobierno, incluidas las políticas que condujeron al colapso financiero.
Francisco dijo que esperaba que el Líbano, con la ayuda de la comunidad internacional, pudiera ver un "renacimiento" y ser una tierra de paz y pluralismo donde los miembros de diferentes religiones puedan vivir juntos en fraternidad.
El Papa tenía que haber visitado el Líbano en junio, pero el viaje se pospuso, en parte por su salud y en parte por la situación política del país.