Las presas palestinas recluidas por Israel en la cárcel de Damon han sido rociadas recientemente con gas lacrimógeno y espray de pimienta, mientras que algunas han sido torturadas o aisladas como consecuencia de sus protestas por el trato que reciben a manos de las autoridades penitenciarias.
El lunes, funcionarios de prisiones asaltaron algunas de las celdas de mujeres y cortaron el suministro eléctrico del módulo. Las reclusas se negaron a abandonar el módulo durante el registro, por lo que los guardias las sacaron a rastras, provocando la caída de algunos de sus hiyabs -pañuelos de cabeza-.
La prisión fue declarada en estado de "alerta máxima" después de que las autoridades afirmaran haber recibido "advertencias específicas" sobre la intención de algunas reclusas de llevar a cabo operaciones contra las medidas represivas aplicadas en las cárceles de la ocupación.
El ataque contra las presas llevó al Movimiento de Cautivas Palestinas a declarar una rebelión en todas las cárceles y centros de detención hasta que se compruebe la situación de las reclusas y se levanten las nuevas penas que se les imponen.
El lunes, 120 presas de la cárcel de Ktzi'ot anunciaron una huelga de hambre abierta en protesta por su continuo aislamiento.