Siria anunció el martes recortes en la cantidad de combustible que suministra a los trabajadores del gobierno para ayudar a hacer frente a la escasez que ha llevado a la desconexión de varias torres de telefonía móvil, informa Reuters.
El primer ministro, Hussein Arnous, ordenó una reducción del 40% en la cantidad de combustible suministrado a los trabajadores del gobierno y restricciones en los viajes oficiales para fines no urgentes, según un comunicado.
El transporte público estaba exento, según el comunicado, que achacaba la escasez a los retrasos en los envíos y a las sanciones de Estados Unidos.
El combustible subvencionado ya es difícil de conseguir en Siria, y la gente a menudo espera semanas para recibir notificaciones para recibir menos de un tanque lleno de gasolina. Los que pueden comprar combustible no subvencionado deben hacer largas colas en los surtidores.
Destrozada por más de una década de conflicto que se ha congelado en la mayoría de los frentes, la crisis económica de Siria se está cobrando un precio cada vez más alto, que, según Naciones Unidas, ha dejado a más personas que nunca necesitadas de ayuda humanitaria.
La antaño productiva economía siria, ya afectada por los grandes daños sufridos por las infraestructuras e industrias durante la guerra, se ha hundido aún más desde 2019, cuando el contagio de la crisis financiera del vecino Líbano hizo que la libra siria se desplomara.