La crisis de combustible en Siria ha llegado a un punto crítico, afectando no solo a la economía del país, sino también a la vida cotidiana de sus ciudadanos. En las áreas controladas por el régimen, la escasez de combustible ha tenido un impacto devastador en la industria panadera, obligando a las panaderías a reducir significativamente su producción.

Según informes, las panaderías están ahora produciendo pan solo dos o tres veces a la semana debido a la falta de combustible para operar sus hornos. Esto ha llevado a un aumento significativo en el precio del pan, que ya es difícil de pagar para muchos sirios con salarios promedio de solo $20 al mes. La situación se ha agravado aún más debido al precio del pan en el mercado negro, que es aún más alto.

En las ciudades como Damasco, las panaderías solo están abriendo una vez a la semana, lo que ha llevado a largas colas de clientes esperando para ser atendidos. La crisis es tan grave que algunas personas están recurriendo a comprar pan en trozos pequeños o compartiendo un lote entre varias personas.

La crisis de combustible en Siria no es solo un problema económico, sino también un problema humanitario. Con el precio del pan fuera del alcance de muchos sirios, muchas familias se enfrentan a la difícil decisión de elegir entre comprar pan o pagar por otros bienes esenciales como medicinas o ropa.

Es importante que se tomen medidas para abordar esta crisis y brindar ayuda humanitaria a los ciudadanos sirios afectados por la escasez de combustible. Sin una solución a corto plazo, la situación seguirá empeorando y causando sufrimiento a un gran número de personas en Siria.