Durante la jotba del viernes, un imán cercano al clérigo religioso chiíta Muqtada Al-Sadr advirtió de los continuos intentos de dividir el poder en Irak, según informaron las agencias de noticias.
Por segundo viernes, los partidarios de Al-Sadr han acampado en el interior de la Zona Verde, el recinto de las oficinas gubernamentales y las embajadas extranjeras, en protesta por la designación del primer ministro por parte de la alianza rival de partidos respaldados por Irán, el Marco de Coordinación.
"No romperéis Irak mientras Sadr esté aquí", dijo el imán a la multitud desde un gran escenario frente al Parlamento. "No hay vuelta atrás en esta revolución, y el pueblo no renunciará a sus demandas."
Tras las elecciones de octubre, el partido de Al-Sadr resultó el mayor ganador, pero no logró formar gobierno. Su diputado dimitió y pidió la disolución del Parlamento recién elegido en lugar de pasar la tarea de formar gobierno a otro partido.
El imán de Al-Sadr reiteró que los manifestantes están ahí para dibujar los rasgos de la próxima etapa para el país, subrayando que ésta sólo se produciría a través de "elecciones anticipadas democráticas, revolucionarias y pacíficas."
En Twitter, Al-Sadr pidió a sus seguidores que mantuvieran las "protestas pacíficas" y reiteró que las protestas tenían como objetivo "luchar contra la corrupción."
Al-Sadr se niega a tratar con los políticos actuales como parte de su plan de lucha contra la corrupción, ya que quiere que haya nuevas caras en el espectro político.
"Nuestras manos están extendidas al pueblo, no a los líderes, en un intento de reformar la corrupción", escribió Al-Sadr.
La lucha por el poder entre chiíes ha dejado a Irak en un limbo político y ha agravado la crisis económica.
El impasse, que ya ha cumplido 10 meses, es el más prolongado en el país desde la invasión liderada por Estados Unidos en 2003, que destruyó el país.